El miércoles tuvimos la Luna Nueva en Aries, la primera de los 13 Novilunios del nuevo ciclo zodiacal debido a la conjunción de la Luna con el Sol. Además, con Venus -el deseo- y con Marte -nuestro impulso vital- a solo dos grados de esta conjunción, la energía cósmica nos empuja a nuevos inicios, a conseguir lo que queremos, a no depender tanto de los demás, en pocas palabras a ser nosotros mismos y a desarrollar coraje.
Llevamos días con mucha energía de fuego debido a todos estos planetas en Aries y seguramente nos hemos podido sentir muy alterados. Si, por el contrario, hemos podido integrar toda esta energía con muchas ganas de hacer cosas, muy activos.
Mercurio también entra en Aries este domingo, aportando su granito de arena para que podamos sentirnos aún más hiperactivos. La comunicación puede acelerarse durante las próximas tres semanas, es conveniente que no caigamos en el error de hablar antes de pensar y sobre todo no dejar que el fuego nos salga por la boca abrasando a nuestros seres queridos o no tan queridos.
Este viernes, Plutón entra en modo retrogrado, es decir visto desde la tierra parece que viaja hacia atrás en el zodiaco. Para que os hagáis una idea sobre lo fuerte que son los tránsitos plutonianos, sobre todo cuando nos tocan un punto álgido en nuestra carta, tenéis que saber que Plutón tarda unos 248 años para dar la vuelta a los 12 signos, mientras que el Sol por ejemplo solo tarda un año. Cada año, Plutón avanza solo unos pocos grados en el zodiaco y además por sus ciclos de retrogradación anuales, que duran unos 5 meses, pasa varias veces encima de un mismo grado. Como os podéis imaginar, si Plutón toca un planeta en nuestra carta natal el efecto será muy intenso, demoledor. Si por ejemplo toca a nuestra Venus, nuestra forma de amar se verá arrastrado a su oscuro reino y totalmente transformada, para bien…o para mal si nos resistimos o no conseguimos elevar su energía.
Ahora de una forma general nos invita a volver a encontrarnos con nuestra sombra: debajo de los jubilosos inicios de Aries, todavía pulsa algo más oscuro, algo latente, algo arrastrado…Podemos pensar ingenuamente que nuestros hábitos compulsivos, nuestras obsesiones y adicciones ya están quemados y purificados por nuestra buena voluntad, por la energía de fuego de estos días. Pero Plutón nos dice que no, reclama nuestra atención, nos mete el dedo en la llaga, nos pide que el cambio sea desde las raíces de nuestra estructura, que seamos honestos y no solo confiados, que miremos nuestros parásitos mentales cara a cara, que terminemos completamente con las carroñas de nuestro inconsciente. Nos pide que hagamos una limpieza profunda en nuestra psique, que no solo adoptemos cambios temporales que luego no se sostienen porque no hemos saneado los cimientos de nuestra personalidad.
Plutón es profundo, es mi favorito, pero es tan brutalmente honesto que a veces asusta. Con su voz desde los avernos nos exige que miremos, sin apartar la vista, a lo que durante los próximos meses nos va a enseñar de nosotros mismos. En el fondo nos brinda una segunda oportunidad: la de volver a mirar de cerca cosas que antes eran inconscientes y que solo hace muy poco nos hemos dado cuenta de su existencia y de esta manera poder trabajar con ello de verdad.
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