Además del eclipse, los otros dos protagonistas del clima cósmico de esta semana son Mercurio y Plutón. Mercurio porque activa con su rápido viaje por Aries a la Gran Cruz Cardinal y Plutón porque está estacionario para cambiar de modo directo a modo retrogrado el 15 de abril a la 1.47 am, horario español.
El 14 de abril a las 20.32, Mercurio forma un ángulo de 90 grados, o cuadratura, con Júpiter; se conjunta con Urano el 15 de abril a la 1.15 am; forma una cuadratura con Plutón a las 6.13 am ; y se opone a Marte el 16 de abril a las 13.15.
Lo podemos ver como una chispa que pone en marcha un motor. ¿Cómo es Mercurio/Hermes, el mensajero de los zapatos alados? La primera palabra que me viene a la cabeza es VOLÁTIL, que significa según la RAE, además de “mudable, inconstante”, “Que se mueve ligeramente y anda por el aire”. La segunda es mental que significa “perteneciente o relativo a la mente”. Así que el mensajero de los dioses, que se mueve ligeramente por el aire, y que pertenece a la mente pone en marcha la Gran Cruz. Se conjunta con Urano, es decir, sus energías se mezclan. Ambos planetas se relacionan con la mente, Urano es la octava superior de Mercurio, juntos en Aries son el chispazo ingenioso que nos hace falta para saber cómo enfocar nuestras ganas de cambiar y de crecer. Relámpagos uranianos que laceran nuestro embotamiento mental, que despejan repentinamente el no saber qué hacer con toda esta energía cardinal que supuestamente es todo acción. Mercurio en conjunción con Urano es el poder creativo de la Mente, es la chispa que ilumina nuestra noche, es el cuarzo de cristal que nos permite VER, es la electricidad que necesitamos para arrancar el motor. Es esta parte nuestra que siempre encuentra una solución.
Plutón por su parte, al estar estacionario, es como un fuego transformador que quema, quieto a 13º35 de Capricornio, en el mismo sitio, despacio y en lo profundo, eliminando lastre, fundiendo el hierro de nuestras estructuras oxidadas, drenando el lava de nuestros volcanes, subiendo el calor desde el inframundo de nuestra psique, donde habitan nuestros dragones y donde se esconden nuestros tesoros, para recordarnos, una vez más, que el plomo se puede transmutar en oro.
Copyright©Margit Glassel
14/04/2014
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Me gusta tu narrativa. Es hermosa. Magnífico lecho donde tender nuestras ateridas psiques tras el invierno.