Cuarto creciente de Luna debido a la cuadratura entre Sol en Cáncer y Luna en Libra. Podemos experimentar como surgen los primeros obstáculos a nuestros propósitos para este mes lunar. Una pequeña crisis, resistencias externas o internas, pautas habituales que se resisten al cambio y personas que se oponen a nuestros proyectos. Lo mejor en este caso es redoblar nuestros esfuerzos pero también replantearnos qué es lo que realmente queremos. Quizás en estos momentos tomemos consciencia que tenemos que hacer pequeños ajustes y ser flexibles para integrar al Sol (nuestra identidad nuclear, consciente) y la Luna (nuestro ser emocional, instintivo, más inconsciente). Lo que está claro es que los temas serán emocionales (Cáncer) y relacionales (Libra). Con Mercurio todavía recuperándose de su retrogradación y transitando despacio en modo directo por los últimos grados de Géminis, es esencial empezar a retomar la comunicación. Con las energías del momento, la mejor manera de construir una comunicación sana es la escucha activa desde el corazón. Las palabras solo son un vehículo que usa el alma para contarnos algo que no se ve. Hoy todavía es activa la oposición anual de Sol-Plutón; algo profundo ha sido expuesto a la luz de la consciencia, quizás estos últimos días hemos podido ver con claridad parte de nuestra sombra o simplemente es el momento de asumir nuestro propio poder e incorporarlo en nuestra identidad como una herramienta necesaria para producir las transformaciones deseadas. Otro aspecto interesante activo ahora es el Yod que forma Venus como punto focal con Saturno y Plutón. Venus, ya a mitad de Géminis, sin muchas ganas de profundizar en nada, ligera y risueña divirtiéndose en el mundo de las posibilidades infinitas, se encuentra bajo la luz de esta fase lunar, con el exigente Saturno en Escorpio, que le recuerda que a la larga solo jugar y curiosear no es suficiente, que se necesita limites, compromisos y esfuerzo para avanzar en nuestras relaciones y así llegar a lo que en el fondo todos anhelamos, y lo que Saturno en Escorpio, al mismo tiempo teme y busca: un alma gemela que vibra con nuestro ser más profundo y sobrevive a las risas del verano. Plutón en Capricornio también sujeta a Venus por el vestido de hada estival y le recuerda que sin transformación real no hay felicidad duradera y que el alma necesita construir sus peldaños al cielo usando nuestras lágrimas y nuestras vivencias como ladrillos, y que el cielo y el infierno en el fondo son dos caras de la misma moneda. Venus respira hondo, le da la razón, sonríe y les susurra a Plutón y a Saturno que el amor es un misterio, y que su fuerza trasciende incluso la muerte, nos transforma, nos impulsa a crecer y a comprometernos,a ir más allá de nuestro pequeño ego para de este modo desarrollar nuestro pleno potencial humano. En un Yod, la dificultad reside en integrar las tres fuerzas planetarias. El planeta focal, en este caso Venus, es la clave: el amor (Venus) nos llevará a la transformación (Plutón) y a la madurez (Saturno). Aun así no vale con querer simplemente a alguien, hay que aprender a amar bien, y estar también dispuesto a recibir amor con calidad. Venus en Géminis trata precisamente de esto: aprender a amar bien, desdramatizar, desapegarse un poco y con curiosidad sana cambiar nuestros esquemas rígidos sobre nuestra percepción de la realidad, de nuestras relaciones, de nuestra comunicación, e interactuación con los demás. En la fase del cuarto creciente de la Luna en Libra, Venus es la clave ya que gobierna a este signo.
Copyright©Margit Glassel
5/7/2014
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