Esta semana es de lo más interesante: tenemos un eclipse, el cambio de signo de Mercurio y el cambio de directo a retrógrado de Júpiter.
El lunes, el planeta de la fortuna y de la expansión empieza su retrogradación que durará cuatro meses. A pesar de su enredo en la oposición con el eléctrico Urano podemos notar como su energía expansiva se repliega y se interioriza. No lo vería como algo negativo como “que se nos acaba la buena suerte” sino más bien como la oportunidad de crecer conscientemente, sin excesos y de acuerdo con nuestro bien mayor.
El martes, Mercurio sale de Capricornio y nuestras ideas de repente son mucho más revolucionarias en el signo de Acuario. Nos esperan tres semanas donde se oirán voces de protestas en el mundo y donde no nos conformaremos tan fácilmente con situaciones que van en contra de nuestros valores y principios. Mercurio asistirá al Sol, que ya se encuentra en el signo, para provocar cambios profundos, a veces repentinos y llenos de sorpresas.
El plato fuerte de la semana es el eclipse del sábado por la madrugada. A la 1.33 am será exacta la oposición del Sol en Acuario con la Luna en Leo, ambos a 22º28 grados. Los nodos lunares, a pesar de encontrarse todavía en Virgo y Piscis, ya atrapan con su influencia a la Luna Llena; esta es la razón por la cual tenemos un eclipse lunar. Los eclipses son simplemente Lunas Llenas (o Lunas Nuevas) más poderosas porque involucran los nodos lunares que simbolizan nuestra evolución, nos muestran de dónde venimos y hacia donde tenemos que ir. Se asoman los vientos del destino en estas configuraciones y los eclipses astrológicamente son considerados oportunidades para el crecimiento y portales cósmicos. El eje Leo-Acuario nos habla de la tensión entre el individuo y el grupo. La Luna en Leo quiere brillar y manifestar sus cualidades mientras el Sol en Acuario se preocupa por los cambios sociales y el bienestar común. El eclipse nos hará revisar el lugar que ocupamos en el colectivo y cómo podemos construir una sociedad sana en la que todos podemos ser y brillar. Sacará a la superficie la necesidad de Luz y de cambio prosocial. Saturno y Urano forman aspectos muy positivos con la Luna y el Sol. Nos ayudarán a construir esos cambios. Júpiter forma aspectos con casi todos los planetas en el momento del eclipse; es un poco como una especie de ángel guardián que desde la sombra observa lo que está ocurriendo; manifestando su fuerza protectora cuando es necesario.
Quirón está muy activado como punto focal de un “Yod”, un aspecto que tiene el nombre de una letra hebrea. Un Yod significa que un planeta (llamado planeta focal), en este caso Quirón, forma aspectos de 150 grados con dos planetas en signos diferentes. Quirón desde Piscis forma estos aspectos por un lado con Júpiter en Libra y por otro con la Luna en Leo. Por lo tanto, el planeta de la herida y la sanación, es muy importante en el eclipse. El Yod se llama también “dedo de dios”. Es como si el universo señalara a Quirón, simbolizando la necesidad de que salga lo que está mal o dañado a la superficie para que podamos sanarlo y poner remedio.
6/2/2017
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