La semana empieza con la Luna menguante entrando en Escorpio ayudándonos en el detox emocional. Venus y Mercurio, conjuntos todavía con Quirón en Piscis, nos ayudan en la tarea de sanación de vulnerabilidades y heridas que posiblemente las energías de la Luna Llena de la semana pasada han sacado a la superficie.
El martes ya podemos notar un cambio energético en el ambiente que afectará a nuestra forma de ver las cosas: Mercurio deja atrás el compasivo signo de Piscis para enseñarnos el arte de la guerra durante su viaje por Aries. Los desafíos nos pueden parecer hasta divertidos, los combates estimulantes y nuestro intelecto puede convertirse en una espada afilada. Cuidado con las palabras dichas sin pensar y los secuestros emocionales que nos atrapan repentinamente y nos hacen regresar a la época de Genghis Khan y sus hordas de mongoles en plena reunión de negocios o comida familiar. No merece la pena ir por ahí arrancando cabezas y repartiendo hachazos verbales.
El mantra: respira y cuenta hasta diez.
El libro de cabecera: el Arte de la Guerra.
Mercurio en Aries nos hace mucho más impulsivos que de costumbre pero también más decididos y valientes. Por la noche, Venus igualmente entra en Aries adoptando su aspecto más feroz. Tendremos la fuerza para hacer lo que tenemos que hacer en las dimensiones que ella gobierna: las relaciones humanas, el arte y la economía. Su lado negativo es la falta de paciencia. Y el viernes, Júpiter empieza su retrogradación de cuatro meses; a partir de ahora su energía escorpionica fluye hacia adentro, sirviéndonos de guía en los mundos internos. Nos puede conectar con la confianza y la fe que nace en la oscuridad.
© Margit Glassel