Venus entra en Escorpio el 10 de septiembre a las 22:39h (hora España) y transitará por el signo hasta el 7 de octubre 2021.
Después de Libra donde hemos conectado de una forma civilizada con el otro, en Escorpio caen las mascaras y nos vemos a nosotros y al otro en nuestra bestial complejidad.
Venus es el primero de los planetas más rápidos que se atreve a bañarse en las oscuras aguas del averno, permitiendo la muerte, el olor a extraños musgos y las sensaciones incomodas e inquietantes. Es capaz de estar presente y no huir ante las fantasmagóricas manifestaciones otoñales que se perciben en los tímidos intentos de conectar con el cuerpo, con el alma y con las profundidades abismales del otro.
Su dominio es la regeneración, al igual que el reptil está en contacto con el suelo, con lo húmedo, con lo que nutre y con los instintos básicos que nos capacitan para sobrevivir en un entorno hostil. La diosa del amor en el signo gobernado por Marte y Plutón lleva una daga escondida en el liguero.
Nos fascina de una forma casi perversa, como la llama de una vela cautiva a la polilla. Su luz oculta sana a través de la entrega y de la Muerte. Amarla desde nuestras armaduras, envueltos en plástico y frases de moda será francamente imposible. No admite distancia de seguridad.
Con su embrujo e inmenso poder de transmutación, Venus en Escorpio nos ofrece una copa sin explicaciones y sin comunicarnos los ingredientes de la pócima. ¿Será letal? Lo sabrás después…
Sus animales son el escorpión, la serpiente, el dragón, el fénix, el cuervo y el águila. Su poder el del chaman ancestral.
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Si me quieres conocer un poco más, este domingo a las 21h estaré en directo en Instagram hablando sobre Mercurio en Libra y su inminente retrogradación.